El trabajo en una oficina rara vez ha sido considerado como perjudicial para la salud.
La mayoría de personas cuando piensa en un puesto de trabajo de oficina lo relaciona con comodidad, añadiendo explicaciones del tipo “trabajas sentado cómodamente en una silla”, “no trabajas al aire libre”, “no trabajas levantando peso”.
La ergonomía en el trabajo de oficina no es tenida en cuenta con la importancia que se merece.
La realidad es que cada vez tenemos más problemas de espalda derivados de la posición que adoptamos trabajando.
Según los resultados de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el trabajo, entre un 60% y un 90% de los trabajadores sufrirá dolor de espalda en algún momento de su vida a consecuencia de su puesto de trabajo. Además, entre un 15% y un 42% de los afectados lo padecerá de forma habitual.
Es importante que nos demos cuenta que la prevención de riesgos laborales en oficinas también es necesaria.
El trabajo en una oficina es un trabajo sedentario en el que, por un lado, se mantiene una postura estática en la silla (y en muchas ocasiones mala postura) y, por el otro, se generan unos movimientos repetitivos en manos y muñecas al estar escribiendo y utilizando el ratón.
La jornada laboral suele ser de 8 horas. Piensa que nuestro cuerpo esta diseñado para estar en movimiento y que la posición sentada y estática no es natural. Si le añadimos que cada vez llevamos una vida más sedentaria fuera del trabajo, tenemos el combo perfecto para desarrollar enfermedades.